Durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, reiteró en múltiples ocasiones que una de sus principales prioridades sería combatir la inmigración ilegal en el país. Tras ganar los comicios y asumir la presidencia por segunda vez el 20 de enero de 2025, su gobierno implementó nuevas medidas en esta área.
Desde su toma de posesión hasta el 5 de febrero de este año, la administración Trump deportó un total de 4.745 inmigrantes latinoamericanos en situación irregular, quienes fueron retornados a sus países de origen. Según datos oficiales, 4.094 de ellos eran ciudadanos mexicanos, lo que refleja el peso de México como uno de los principales países de origen de la inmigración hacia Estados Unidos.
En el caso de Colombia, la deportación de inmigrantes en situación irregular provocó tensiones entre los presidentes de ambos países. Inicialmente, el gobierno colombiano rechazó la llegada de dos aviones con deportados desde Estados Unidos, lo que llevó a la administración estadounidense a imponer aranceles a bienes de origen colombiano como medida de presión. Ante estas acciones, el gobierno de Gustavo Petro finalmente aceptó recibir los vuelos, elevando a 306 el número de inmigrantes retornados al país.